Fijaos muy bien a partir de ahora cuando estéis cara a cara con un cuadro donde se represente la muerte en la cruz de Jesucristo. Quiero que siempre miréis al suelo e intentéis encontrar una calavera que reposa en él y que nadie sabe muy bien qué es lo que pinta allí…
Pues bien, pintar claro que pinta, porque si no estuviera pintada, no sería parte de un cuadro, eso lo primero. Pero aparte, la razón de que aparezca por ahí es porque la tradición bíblica sitúa la tumba de Adán (el de Adán y Eva) en el mismo monte donde Jesús fue crucificado. Este monte se llama Monte del Calvario o Gólgota.
Así que esos huesitos pertenecen al primer hombre que existió y que, al igual que Eva, mordió de la misma manzana que causó el Pecado Original. El mismo pecado por el que el Hijo de Dios bajó muchísimo tiempo después de los Cielos a la Tierra, y así poder limpiarlo.
Pues en el Descendimiento de Van der Weyden se cumple al 100% esta tradición, así que cuando estéis frente a él, no dejéis de posar vuestra mirada sobre la calavera que se encuentra a los pies de San Juan y junto a la mano de la Virgen María.
Y fijaos sobre todo en que Adán, o lo que queda de él, está dirigiendo su mirada al cuerpo de Jesús que ya ha fallecido, y que, por tanto, ha redimido el pecado que Adán y su mujer, Eva, originaron. Está bien atento porque, gracias al sacrificio de Jesús, por fin puede “descansar en paz”.
Mirad también estos 2 ejemplos donde se representa la misma iconografía, aunque esta vez es antes de que a Jesús lo postraran en la cruz. Es una escultura de Pedro Roldán y una pintura que reflejan la misma escena.
Observad que, además, no sólo aparece la calavera famosa, sino que, en las dos, también lo hace la serpiente que ofreció la manzana a Adán y Eva. Es el símbolo más claro que prueba lo que os estamos descubriendo.
Todavía hoy existe una capilla excavada dentro de una cueva del Monte del Calvario, en Jerusalén, que está dedicada a Adán. Y es que no sólo se cuenta que estaba aquí enterrado, sino que además, fue en este lugar donde tanto Adán como Eva se refugiaron cuando fueron expulsados del paraíso.
En ella, regularmente, Adán hacía ofrendas de Oro, Incienso y Mirra a Dios (las mismas que los Reyes Magos hicieron al Niño Jesús) para que, a pesar de todo, fuera perdonado tras su muerte. Y fue justo aquí, donde Eva y uno de sus hijos, Set, lo enterraron cuando le llegó su momento.
Pero no pudo descansar eternamente, porque fue movido por Noé, para salvar sus restos del Diluvio Universal. Aunque luego, cuando las aguas volvieron a su cauce, sería Sem, el hijo de Noé, quien lo volvería a colocar en el mismo lugar. ¿Y cómo logro dar con el sitio exacto de nuevo? Pues lo pudo encontrar gracias a que un ángel le señaló el lugar justo donde colocarlo y además le reveló que ése es, ni más ni menos, el punto que marca el Centro de la Tierra.
¿Interesante historia, verdad?El Descendimiento de Van der Weyden es una de las muchas pinturas que forman parte de la aventura de humor y de misterio: El Clan de la Lupa – El Robo de Velázquez. ¡No te quedes sin tu libro y ayuda a que se resuelva con éxito el caso de la desaparición de Las Meninas en el Museo del Prado!